Cáncer de Cabeza y Cuello. La incidencia estimada de cáncer oral y faríngeo en los Estados Unidos durante el año 2007 fue de aproximadamente 34.360 nuevos casos, con 7.550 muertes estimadas. La planificación cuidadosa del tratamiento, así como el control de la cavidad oral con aplicación estricta de medidas preventivas, puede reducir significativamente la incidencia de complicaciones del tratamiento de cáncer de cabeza y cuello. Técnicas mejoradas de tratamiento, como la aplicación de dosis más bajas de radiación o la radioterapia de intensidad-modulada (IMRT), el uso de protección, la reducción en el uso de drogas tóxicas y la higiene oral mejorada pueden reducir a menudo las complicaciones. El control del dolor es muy importante en los pacientes que padecen cáncer de cabeza y cuello, siendo necesario la administración de analgésico potentes, como opioides, sedantes o antidepresivos, particularmente si el cáncer es terminal. La realización del tratamiento odontológico antes de comenzar la terapia del cáncer beneficia grandemente al paciente.
Los autores diseñan un plan de cuidado dental específicamente para los pacientes que son sometidos a la terapia del cáncer. Dicho plan se divide en tres etapas: Antes de la terapia, durante y después de la terapia.
Antes de la terapia: El paciente debe cumplir una meticulosa higiene bucal y el odontólogo debe instituir un cuidado dental preventivo. Las piezas dentarias dentro del área de radiación, indicadas para restauración, deben ser restauradas y los dientes no salvables deben ser extraídos. Para minimizar el riesgo de la osteo-radio-necrosis, un intervalo de por lo menos dos semanas entre la extracción y el comienzo de la radioterapia es lo ideal.
Durante la terapia: El odontólogo debe evitar realizar procedimientos dentales invasivos, siempre que sea posible. La protección de la mucosa y de las glándulas salivales con Amifostina puede minimizar la mucositis y xerostomia, que a menudo se producen. Durante la quimioterapia, puede ser posible reducir la mucositis si el paciente bebe agua fría o chupa hielo durante la infusión del agente. La mucositis puede aliviarse por medio de enjuagues con solución salina tibia y el enjuague bucal con Bencidamina o Lidocaína viscosa al 2%, y manteniendo una buena higiene oral con enjuagues de Clorhexidina libre de alcohol al 0.12% dos veces por día. Un sustituto de la saliva como el carboximetilcelulosa puede proporcionar un poco de alivio sintomático de la xerostomía, antes que los estimulantes salivales (sialogogos) como la Pilocarpina o Cevimelina.
El trismus puede ser mejorado realizando ejercicios de apertura bucal con un baja-lengua. El uso profiláctico de medicamentos antifúngicos tópicos (como la suspensión de Nistatina), usada 4 veces por días, puede requerirse para los pacientes probables para desarrollar candidiasis. Para reducir el transporte de la cándida, los pacientes portadores de prótesis removible deben limpiar cuidadosamente sus prótesis en hipoclorito al 1% durante 30 minutos por día para reducir el
blanqueamiento o deben empaparlos de noche en una dilución de cloruro de benzalconio. El uso de aciclovir, posterior a la quimioterapia, ha reducido la incidencia de infecciones por herpes simple y zoster, y la mortalidad del herpes zoster. Las infecciones bacterianas gram-negativas pueden requerir tratamiento con Gentamicina o Carbenicilina, porque las lesiones orales observadas en tales infecciones pueden ser la entrada para la propagación sistémica. Deben considerarse las posibles interacciones farmacológicas. Los odontólogos no deben dar aspirina (ácido acetilsalicílico) a los pacientes que toman Metotrexato, porque puede intensificar la toxicidad de esa droga.
Si las extracciones dentarias se hacen inevitables, el trauma debe ser mínimo, el alveolo debe suturarse cuidadosamente y puede ser necesario la administración pos-operatoria de antibióticos.
Después de la terapia: Debe continuarse la higiene oral y el cuidado dental preventivo. La sequedad de la boca puede manejarse con suplementos salivales o sialogogos. La caries y la hipersensibilidad dental por radiación pueden controlarse con una dieta no-cariogénica y con la aplicación diaria de fluoruro de sodio neutro (5.000 partes por millón). Si las extracciones dentarias se hacen inevitables, el odontólogo debe minimizar el trauma tanto como sea posible, usando técnicas atraumáticas, suturando cuidadosamente la herida y administrando antibióticos en forma profiláctica. Si se requieren prótesis removilbes, ellas deben ajustarse después de que la mucositis mengua y el flujo salival ha mejorado. Aunque el odontólogo no puede proporcionar tratamiento restaurador definitivo, debe mantener a estos pacientes libres de enfermedad dental activa y dolor. Los ionómeros vítreos pueden ser útiles en las restauraciones, cuando ellos liberan fluoruro.
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